¡AÑO DEL CENTENARIO DEL NATALICIO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS ALTAMIRANO!
Carlos Papa Sánchez (*)José Marìa Arguesa y "el zorro de arriba y el zorro de abajo"
“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetir sus mismos errores”, algo de eso percibo, con indignación, cuando de rendir un justo y merecido homenaje a quien con sus letras realizó una objetiva y analítica descripción de nuestra sociedad; aquel de “El zorro de arriba y el zorro de abajo”. Solamente una asolapada discriminación racial, política e ignorancia literario axiológica, supongo que se pudo imponer para no brindar una consideración formal este año, a nivel nacional, por el centenario del nacimiento del inmortal José María Arguedas Altamirano. Que, espero no se repita a nivel local ni regional.
Es frecuente quejarnos sobre la carencia de valores entre las nuevas generaciones y el futuro incierto al que se dirigen. Asimismo, como se pretende encontrar justificación a todo esto, en el papel de los docentes y padres de familia. Pero más allá, de esas actitudes domésticas, lo que no tenemos es un país con políticas nacionales y proyectos a largo y mediano plazo, que generen desarrollo humano, que fortalezcan nuestra identidad nacional, resalten nuestros paradigmas históricos, axiológicos y culturales. Y mucho menos, políticos que consoliden una auténtica historia nacional de “Todas las sangres”, pues, lo existente es sustancialmente aporte español o chileno, por eso las taras de siempre, que reafirman nuestra semicolonialidad.
En lo anteriormente expuesto encuentro la justificación para la mezquindad racial y política del gobierno de Alan García Pérez en contra del escritor, antropólogo y etnólogo andahuaylino, y no haber designado con su ilustre nombre al presente año. Con esto, no pretendo desmerecer a Machu Picchu, cuyo descubrimiento va más de los cien años, coincidiendo con lo reflexionado por la arqueóloga Ruth Shady, descubridora de Caral, quien también considera que debió haber un reconocimiento a uno de los más grandes representantes de la corriente indigenista, por eso afirmó categóricamente “…Nosotros estábamos esperando que así ocurriera porque Arguedas es un personaje, un valor para nuestro país no solo de la literatura sino por su mensaje histórico”.
Si bien es cierto, que José María Arguedas Altamirano, nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas – departamento de Apurímac, este célebre literato autor de “El Sexto”, tuvo estrecho contacto con la región Lima, específicamente con el distrito de Supe Puerto – provincia de Barranca donde vivió 22 años; legándole así, su tradición literaria. El escritor peruano residió entre 1943 y 1963 en su casa del jirón Lima, donde veraneaba.
El genial creador de “Yawar Fiesta”, llevó a la literatura su convivencia por tierras barranquinas, pues, recreando personajes puertosupanos en su novela trunca “Mar de Harina” sobre el puerto. Arguedas expuso sobre el particular en una entrevista otorgada en 1965: “Inicié la redacción de una novela, Harina Mundo, sobre la transformación del puerto de Supe, donde pasé mis vacaciones durante 22 años. Cuando llegué a Supe no existían allí sino botes a vela; el alquiler de una casa costaba entre 10 y 20 soles mensuales; de pronto se convirtió en un puerto industrial con una población cosmopolita. El paraíso de la paz se convierte en el “paraíso” de la industria. Una habitación de quincha, sin luz y sin agua, llegó a costar hacia 1960, quinientos soles. Desaparecieron o fueron semiborrados nuestros venerables amigos del puerto. Conocía a cada vecino, y entre ellos encontré personajes maravillosos, plenos de misterio y de testimonios sobre nuestra sociedad de la costa.”
La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende unos 400 escritos, entre creaciones literarias (novelas y cuentos), traducciones de poesías y cuentos quechuas al español, trabajos monográficos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera intensa. En Arguedas, la labor del literato y del etnólogo no está nunca totalmente disociada; incluso, en sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones.
La importancia fundamental de este escritor ha sido reconocida por críticos y colegas peruanos suyos como el Premio Nobel 2010, Mario Vargas Llosa, quien llegó a dedicarle a su obra el libro de ensayos titulado "La utopía arcaica". También Alfredo Bryce Echenique ha colocado las obras del autor de “Los ríos profundos”, Arguedas, entre los libros de su vida.
Si bien es cierto, José María Arguedas, merece reconocimientos nacionales por el centenario de su natalicio, que de pronto fueron negados por Palacio de Gobierno. Particularmente, considero que en la región Lima, la provincia de Barranca y el distrito de Supe Puerto, se deberían desarrollar actos conmemorativos en homenaje a quien fue un ilustre vecino de nuestras tierras.
Una justa manera de resaltar su trabajo literario y formar parte de los paradigmas de nuestra región, es que el Gobierno Regional de Lima, el Consejo Regional, la Gerencia Regional de Desarrollo Social, la Dirección Regional de Educación de Lima Provincias, las Municipalidades Provinciales y las Municipalidades Distritales, en especial la de Supe Puerto, deberían tomar sendos acuerdos para que en sus jurisdicciones designen al presente año como “Año del centenario del natalicio de José María Arguedas Altamirano”, y así reivindicar su valía literaria y social, buscando que su obra y filosofía sirva de modelo para nuestras nuevas generaciones, y permitan la consolidación del desarrollo humano en nuestros pueblos.
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